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domingo, 28 de agosto de 2011

Los brasileños mandan en casa en el UFC 134


El restaurante Yotala, de mi amigo Diego, aquí en la calle 5 de Los Pinos se llenó la noche del sábado. Pero los visitante no llegaron a comer ni a beber, aunque una cerveza o un whisky y un rico pique macho, fueron buenos pretextos. Los comensales, unos 20 tipos, llegaron a ver el UFC 134-Rio de Janeiro. Y yo, con un resfrío de cuernos, estaba entre ellos.  Como ya es tradicional, la academia de artes marciales mixtas Alianza MMA  organizó la velada para ver lo mejor del vale todo mundial. Como es tradicional también, hubo apuestas, bromas, gritos, alegría. Y pues así fue mientras disfrutábamos de los combates del grandioso evento que ofreció un card que nos tuvo pegados al plasma de Diego en todo momento.
Los brasileños hicieron respetar su localía y mostraron el porqué vienen del país que está considerado como la meca del vale todo. La leyenga viviene Rodrigo Minotauro Nogueira destrozó al corpulento Brendan Schaub en el minuto 3.09 del primer round.

Nogueira sostiene a Shaub

Nogueira conecta a Shau
 Schaub salió más agresivo y pese a que yo había apostado cinco bolivianos a que ganaba Mino, pensaba que en realidad que el estadounidense, siete años menor que el sudamericano, lo haría trizas, sobre todo por su espectacular pegada. Sin embargo, no fue así y Nogueira, ya con un corte (uno más de los miles) no perdió la calma y consiguió recuperarse. De pronto un golpe de derecha puso a Shaub contra la lona y luego la andanada de golpes.  


 La siguiente pelea fue a mi criterio la más pareja y diría que tuvo un fallo bastante controversial. Edson Barbosa y sus largas piernas no pudieron nockear al británico Ross Pearson. Muchos apostaron por el brasileño, pero el europeo soportó y soportó y conectó buenos golpes. Su “superman pounch” consiguió romper en más de una oportunidad la guardia cerradísima de Barbosa. La pelea se fue a decisión de jueces, quienes le dieron el triunfo al dueño de casa.


Barbosa golpea a Pearson

 Luego fue el turno de Shogún Rua contra Forrest Griffin. Shogún no sólo luchaba contra la presión de la pelea, sino también de ser local y, además, de enfrentarse contra un luchador que en 2007 lo venció en suelo. Sin embargo, Rua fue una verdadera locomotora. Un golpe de derecha y el estadounidense se fue a la lona. 
Griffin recibe un golpe de Shogún.

 Shogún se le lanzó como un tiburón a su presa y empezó con hammer fist que desnucarían a cualquiera. Griffin se dio la vuelta, pero ya era demasiado tarde. Un golpe seco al mentón lo nockeo y luego vinieron tres más hasta que el árbitro parara la pelea.
Rua celebra

 
El encuentro de fondo dejó en  claro el porqué Anderson Silva es lo que es en la categoría media al vencer sin grandes contratiempos en el segundo round al japonés Yushin Okami. Y de paso, la “araña” Silva sumó una nueva defensa, la novena, al título.
En el primer round, el japonés intentó presionar y a mi criterio la cosa estaba pareja; sin embargo, faltando 10 segundos para finalizar Silva lanzó un high kick que mandó a la lona a Okami. Lo salvó la campana.

Silva recibe un golpe de Okami.


La esquina de Silva le dijo que en el segundo round hiciera lo tan característico suyo. Que esquivara golpes y conectara. Y así lo hizo. De pronto, Silva bajó la guardia, sí, como lo leen, bajó la guardia. El japonés intentó conectar uno, dos, tres, pero el brasileño parecía que estaba a 10 revoluciones más que su rival. De pronto, un jab. Sí, un jab!  Y el japonés a la lona. Silva no lo siguió. Okami se levantó y volvió a caer en el juego del brasileño. Zaz! Otro jab y esta vez, la “araña” fue por su presa. El referee terminó parando la pelea al minuto 2.04 del segundo tiempo.

Anderson Silva

También otros brasileños consiguieron triunfos (Paulo Thiago, Yuri Alcantara, entre otros. El que no consiguió un triunfo para los locales fue el brasileño Luiz Cane, quien fue nockeado por un ensangrentado Stanislav Nedkov al minuto 4.13 del primer asalto.



Paulo Thiago
Yuri Alcantara.












Fue un evento increíble, lleno de técnica, adrenalina y acción. Volví a extrañar, sin embargo, las técnicas de suelo. No sé si será mi romanticismo o mi pasión por las artes marciales de agarre, pero extraño esos tiempos en los que no se cuidaban tanto de agarrarse y proyectarse y seguir el juego en el piso.

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